Una de las
estructuras más importante de la célula es la membrana plasmática. Ésta permite
el intercambio de moléculas necesario para el funcionamiento de la célula y el
organismo. Al movimiento de sustancia hacia el interior o exterior de la célula
se le conoce como transporte celular. Este intercambio ocurre de tres formas:
transporte pasivo, transporte activo y transporte de moléculas grandes.
El
transporte pasivo se puede dividir en: difusión, difusión facilitada y osmosis.
La difusión es cuando la molécula pasa de un gradiente de concentración mayor
(donde hay más) a uno mejor (donde hay menos). La difusión facilitada se da a
través de proteínas transportadoras o de canal que permiten la entrada de
moléculas específicas.
Las
osmosis, no obstante, se refiere al movimiento especifico de agua que se guía
por los iones o solutos disponibles en el medio. Cuando hay mayor concentración
de iones dentro que fuera de la célula, se le llama una solución hipotónica y
el agua entra a la célula y aumenta la turgencia, la presión dentro de la
célula. Ésta se hincha. Un ejemplo de esto es el agua destilada. Cuando hay
mayor concentración de iones fuera que dentro de la célula, se le llama una
solución hipertónica y el agua sale de la célula. Ocurre plasmólisis, donde la
célula se arruga por la pérdida de agua. Un ejemplo de esto es el agua con sal.
Cuando la concentración de iones está balanceada, se llama una solución
isotónica y el agua entra y sale constantemente para mantener equilibro
dinámico.
Ahora bien,
el transporte pasivo no incurre en gasto de energía celular, pero el transporte
activo sí. Durante el transporte pasivo, las moléculas son transportadas en
contra del gradiente de concentración. Entiéndase, van de una concentración
menor a una mayor. Es como ir a un lugar donde hay mucha gente y hay que
valerse de empujones para entrar. La bomba de sodio-potasio, importante para la
conducción de impulsos nerviosos, es un ejemplo de transporte activo. El gasto
de ATP permite el movimiento de los iones de sodio y potasio, cuyo gradiente
crea una carga eléctrica que permite la conducción neuronal.
Fascinante,
¿verdad? Espero que esta síntesis te haya ayudado a conocer un poco más sobre
el transporte celular y la importancia de la membrana plasmática. Luego veremos más aplicaciones sobre este intercambio. ¡Hasta entonces!
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